Los autónomos pueden deducirse en la declaración de IVA o en el IRPF algunos gastos relacionados con su actividad. Sin embargo, hay muchos gastos que Hacienda suele rechazar en caso de comprobación. Te mencionamos los principales.


Hacienda pretende cerrar este año habiendo realizado más de 1,4 millones de comprobaciones a todo tipo de contribuyentes, muchos de ellos autónomos y pequeñas empresas. Las actuaciones dirigidas a negocios se pueden poner en marcha por todo tipo de motivos e indicios relacionados con un posible fraude fiscal, pero si algo tienen en común casi todas ellas es que, directa o indirectamente, suelen terminar también en una comprobación de las deducciones practicadas en las declaraciones de impuestos, desde IVA a IRPF o Sociedades.
Dicho de otro modo, si el Fisco pone la lupa en las cuentas de un autónomo por la razón que sea, más vale que éste cuente con documentación suficiente para acreditar que las deducciones que haya practicado en el último año, incluso en anteriores ejercicios, están directa e indiscutiblemente vinculadas a su actividad, ya que, sino la devolución podría ascender a miles de euros. Una vez que Hacienda ha puesto en marcha su maquinaria, los expertos aseguran que, si se trata de un requerimiento para acreditar la deducción de un gasto, el procedimiento es prácticamente automático y en muchos casos muy difícil de salvar, ya que funciona por cruce de datos, lo lleva a cabo una máquina y el funcionario no interviene en casi ninguna fase.
La factura del móvil; la compra, mantenimiento, reparación y carburante de un vehículo; parkings; comidas con clientes; viajes de negocio; trayectos en taxi, y un sin fin más de gastos engrosan la lista de requerimientos que reciben cada año los autónomos, en los que Hacienda solicita una justificación minuciosa de que realmente se han destinado al negocio y, al no haber forma tan detallada de acreditarlo, muchas veces acaban en liquidación. De hecho, los expertos consultados llaman a este proceso ‘la prueba diabólica’, por lo difícil que resulta para un autónomo justificar que un gasto está directa y exclusivamente relacionado con el desarrollo de su actividad y no con la esfera privada.


Hacienda pretende cerrar este año habiendo realizado más de 1,4 millones de comprobaciones a todo tipo de contribuyentes, muchos de ellos autónomos y pequeñas empresas. Las actuaciones dirigidas a negocios se pueden poner en marcha por todo tipo de motivos e indicios relacionados con un posible fraude fiscal, pero si algo tienen en común casi todas ellas es que, directa o indirectamente, suelen terminar también en una comprobación de las deducciones practicadas en las declaraciones de impuestos, desde IVA a IRPF o Sociedades.
Dicho de otro modo, si el Fisco pone la lupa en las cuentas de un autónomo por la razón que sea, más vale que éste cuente con documentación suficiente para acreditar que las deducciones que haya practicado en el último año, incluso en anteriores ejercicios, están directa e indiscutiblemente vinculadas a su actividad, ya que, sino la devolución podría ascender a miles de euros. Una vez que Hacienda ha puesto en marcha su maquinaria, los expertos aseguran que, si se trata de un requerimiento para acreditar la deducción de un gasto, el procedimiento es prácticamente automático y en muchos casos muy difícil de salvar, ya que funciona por cruce de datos, lo lleva a cabo una máquina y el funcionario no interviene en casi ninguna fase.
La factura del móvil; la compra, mantenimiento, reparación y carburante de un vehículo; parkings; comidas con clientes; viajes de negocio; trayectos en taxi, y un sin fin más de gastos engrosan la lista de requerimientos que reciben cada año los autónomos, en los que Hacienda solicita una justificación minuciosa de que realmente se han destinado al negocio y, al no haber forma tan detallada de acreditarlo, muchas veces acaban en liquidación. De hecho, los expertos consultados llaman a este proceso ‘la prueba diabólica’, por lo difícil que resulta para un autónomo justificar que un gasto está directa y exclusivamente relacionado con el desarrollo de su actividad y no con la esfera privada.
En este sentido, Carlos Calvo, asesor fiscal y ex-inspector de Hacienda, comentó a este diario una reflexión que podría englobar muchos gastos difíciles de deducir: ” en realidad no es tanto una cuestión de gastos en sí, sino de gastos que no se admiten, quitando algunas excepciones como la del vehículo, donde la norma es muy clara. Más bien se trata de gastos que llaman más la atención porque la línea entre la esfera empresarial y personal es fina“. Según el experto fiscal, Hacienda suele pedir justificación, sobre todo, en aquellos gastos que se pueden utilizar indistintamente para el negocio y para aquello que no está vinculado a la actividad. “Un traje, un móvil, un coche, un parking, una comida, o un viaje es lo más claro. Pero hemos elevado al Tribunal Económico-Administrativo casos en los que a un autónomo le habían rechazado desde los caramelos que ofrecía a los clientes con su nombre impreso en el envoltorio, hasta un televisor que compró para el local”, añadió Calvo.